Translate

martes, 12 de junio de 2012

El Lucero de la Mañana

                                       EL LUCERO DE LA MAÑANA

                                              Lectura, 2ª.Pedro 1:16/19
                                                    Versículo, 19
          “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; “

                             En el Nuevo Testamento encontramos tres referencias a la Estrella de la mañana: 2ª. Pdr. 1:19 (como lucero) Apoc.2:28 y 22:16.
                             Este es el nombre o titulo que se da Cristo así mismo y en relación, como leemos, con la predicción de su venida, (a recoger a los suyos en el aire) • “ Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana” (Apoc.22:16)      Y en relación a su venida en justicia, es llamado Cristo, “Sol de justicia” Malq.4:2
                            Ni que decir tiene, que todo está relacionado de conformidad con la “palabra profética” a la cual nos recomienda el apóstol Pedro que “estemos atentos.”
                            Es bien evidente que el apóstol Pedro, trata de recordarnos verdades que tan solo nos han sido dadas mediante la divina potencia y por el conocimiento del Señor, quien nos llamo por su gloria y excelencia moral: El trata de dejarnos un medio para que recordemos las grandiosas promesas, por las cuales hemos llegado a ser participantes de la naturaleza divina; toda vez que como él mismo dice, la partida de “mi tabernáculo terrestre, está cerca;” se afana pues, en evidenciar la honra y gloria recibida de Dios, citando el hecho real de la transfiguración de Cristo y de la voz del Padre que decía: “Este es el amado hijo mío en el cual yo me he agradado.” Sigue declarando que la certeza de la venida del Señor Jesucristo, no se corresponde a fabulas de falsos doctores, testificando que los apóstoles vieron con sus propios ojos su majestad.
                             Después de estas declaraciones y el haber testificado como testigo ocular de aquella gloria, nos exhorta a que estemos atentos a la palabra profética concerniente al retorno de Cristo, la cual adquiere un significado más permanente, claro y diáfano, como  “una luz que brilla en las tinieblas, hasta que amanece el día y el lucero de la mañana aparezca.” El apóstol trata de amonestarnos a que estemos atentos a estas profecías, con el fin de que nos sirvan de guía durante el oscuro tiempo presente, hasta que venga la época o tiempo de la plenitud y aparezca “la estrella de la mañana”
                             Permitirme que sobre ello os exponga mi reflexión: Como todos sabemos existe una estrella vespertina que anuncia la venida de la noche, a la puesta del sol; la estrella de la mañana, (llamada matutina) es el heraldo que anuncia la venida de un nuevo día. Esto es, como antiguamente a un rey poderoso de esta tierra, le precedía un heraldo que anunciaba su llegada; así la estrella de la mañana anuncia la pronta aparición del rey del firmamento, el Sol.
                             El Señor Jesucristo es el profetizado “sol de justicia” a cuyo resplandor le precede antes la “estrella de la mañana” anunciando que ha pasado la noche y esta a la puerta un nuevo día.
                             ¿Que cual es el significado simbólico de esta estrella de la mañana, que se eleva en el firmamento antes que aparezca el Sol?
                             Pedro nos amonesta a estar atentos, “hasta que el día esclarezca y salga el lucero de la mañana:”   Ahora bien, el Señor rinde testimonio de si mismo al decirnos: “Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana…”ciertamente vengo en breve” (Apc.22:16/20)   Así pues, la aparición de la estrella de la mañana, corresponde a su advenimiento, cuando seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire (1ª.Tes.4:17)                            Este acontecimiento pondrá punto final, a un tiempo en donde la gracia y la paciencia de Dios es tanto para Judíos como para Gentiles; (Rom.9:24) y dará lugar el comienzo de la última semana de las 70 anunciadas por el profeta Daniel. (Dn.9:24/27)   Este es el intervalo establecido por las escrituras antes de la aparición del “sol de justicia.”
                            La propia creación nos enseña que existe un espacio de tiempo, "entre la salida de los dos astros"; pasan tantas horas, minutos, segundos, para la salida del sol, después de haber aparecido la estrella matutina (de la mañana.)  Así sucede en las transacciones dispensacionales de Dios.
                           Hay un tiempo fijo entre la salida de la “estrella de la mañana” y la salida del “sol de justicia;” esto es, entre su venida para recoger a sus santos en las nubes y su venida con sus santos como el sol de justicia. La profecía nos dice: que el tiempo será dos veces tres años y medio, total siete; correspondiente a la septuagésima semana de Daniel.
                          Así que, arrebatada la iglesia, sigue en la tierra el principio de la última semana profetizada por el profeta Daniel.
                                            EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD
                          Los primeros tres años y medio, dará lugar la plena manifestación del misterio de la iniquidad, por la manifestación de aquel inicuo, puesto que lo que impedía su plena manifestación, había sido quitado de en medio. (2ª.Tsl.2:6/8)
                         Pablo nos dice que ya está en acción el misterio de iniquidad el cual se manifiesta siempre oponiéndose a la verdad de Dios, al evangelio de Cristo, a su persona y obra; sin duda alguna está obrando en nuestros días, acaso más que nunca.
                         Satanás se está preparando para dar el golpe supremo, tan pronto como sea quitado lo que ahora lo detiene, la aparición de la estrella de la mañana que traerá a su Iglesia un nuevo día donde se aparejara para las bodas del Cordero.(Apc. 19:6/9)
                         Cuando la verdadera Iglesia haya tenido la experiencia de la estrella de la mañana; el mundo, Israel, y la iglesia mundana tendrán que verse cara acara con el “hombre de pecado” (2ª. Tesl.2:3) el cual concentrara toda la iniquidad; “según la operación de Satanás oponiéndose descaradamente y levantándose, contra todo lo que se llama Dios; tanto que se siente en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios.  ( Léase 2ª Tesl. Cap.2. )     Así transcurrirán los primeros tres años y medio.
                                            LA GRAN TRIBULACIÓN
                          Al termino de estos tres años y medio, se verificara la “Gran Tribulación”  (Mat.24:21 –Dan.7:25- Apc13.5) como obra de Satanás y Dios lo permite como castigo sobre un mundo que ha rechazado a su Hijo. El centro del remolino de esta tribulación, será Jerusalén y alcanzará toda la tierra; gran oscuridad reinara sobre todos los habitantes de la tierra que causará trastornos políticos, morales y sociales, y los juicios de Dios azotarán toda la tierra, los cuales fueron previstos por los profetas del Antiguo Testamento y más plenamente revelados en el libro de Apocalipsis, Cap-8-9-l6- 
                           El Señor Jesús recibe de mano del Padre, el libro sellado con siete sellos, él rompe los sellos, los siete ángeles aparecen tocando sus trompetas y siete ángeles más vacían sus copas de ira sobre la tierra.
                           Estos son todos juicios de arriba y no ocurrirá mientras la Iglesia, Esposa de Cristo este aquí; porque él ha asegurado a los suyos que no entraran en su ira. (1ª.Tes.5:9/10) 
                          Este gran desconcierto, moral, político, juntamente con trastornos sociales y gran tribulación, durara los tres años y medio restantes, cumpliéndose así, la septuagésima semana profetizada por Daniel, (correspondiéndose a la figura de los pies de hierro y barro de la figura profetizada por Daniel en cap. 2:42/45) Y alcanzara su gradación en la batalla de Armagedón.

                        LA PIEDRA CORTADA, HIRIÓ LA IMAGEN EN SUS PIES
                           Es ahora, cuando aparece Cristo en su manifestación visible, “y todo ojo le vera, y los que le traspasaron;” y viene como sol de justicia y su gloria cubrirá los cielos y la tierra, y el sol físico palidecerá a su presencia gloriosa: Viene a herir la tierra a demoler, como la piedra mencionada en Daniel 2:34/35, - Isa.11:4/5; el dominio mundial y los ejércitos reunidos ante Jerusalén quedaran derrotados en esa tremenda guerra de Armagedón. (Apc.16/16)
                          Pero él viene también con salud en sus alas, pues en su ira se acordara de la misericordia; la guerra y toda mentira e injusticia estarán ya destronadas, y en cambio se entronizarán la justicia y la paz, porque el príncipe de este mundo habrá sido desterrado. Y sigue el establecimiento del reino milenario en la tierra, después del juicio de las naciones;  (Israel y Gentiles)  será un reino Teocrático donde Cristo demostrará, que la autoridad que Satanás en un principio desafío, le pertenece solo a Dios cuyo derecho a gobernar será vindicado eternamente.   
                         Tales son las verdades preciosas que rodean a Cristo como la “estrella resplandeciente de la mañana”
                         Pidamos al Señor que nos conceda experimentar estas cosas, como realidades positivas en nuestra vida, pues; ¡ cuan fácil es poseer toda esta enseñanza intelectualmente,¡ sin experimentar su verdad con una fuerte convicción en nuestra vida.
                          Esperemos expectantes, viviendo una vida devota, pía y consagrada, la aparición de la estrella resplandeciente de la mañana. ¡Sí:! Vivimos en días de mucha oscuridad espiritual, más oscuridad hoy que en años anteriores.  ¡Acaso estemos pensando que está muy lejos su aparición! ¿No podrá vérsela centellear en cualquier momento.?   ¿Qué nos dice El.? 
                          Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
                          Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
                          Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
                         El que da testimonio de estas cosas dice: CIERTAMENTE VENGO EN BREVE. Amén; sí ven, Señor Jesús. (Apc.22:1621)
                         La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
                                                                                                                                           V.Ibáñez