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lunes, 17 de junio de 2013

EL HIJO PRÓDIGO Y SU ARREPENTIMIENTO


                                                     EL  HIJO  PRÓDIGO

                                                Y SU ARREPENTIMIENTO                      

                                                     Lectura. Lucas. 15:11/32

                 

            La exposición del porqué de esta parábola, se halla en gran parte, en las circunstancias que la originaron y como clara respuesta a las quejas de aquellos murmuradores, por la familiaridad de Nuestro Señor Jesucristo, hacia los pecadores, (versículos, 1/3 de este capitulo 15)

            Pero hay más, por medio de esta parábola, revela la gran benevolencia y disposición de Dios, para con la débil y frágil naturaleza humana, declarándoles la inmensa misericordia y alegría  a la vez, que inunda el corazón del Padre, cuando un pecador viene a El arrepentido, diciéndonos: “Hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente;” (vers.7 y 10) frase que hace de enlace entre las tres parábolas que encierra este capitulo.
            El Señor Jesucristo les propuso esta parábola, que no es más que, una narración humana que inculca una lección espiritual por medio de la ilustración; siendo en este caso la necesidad del arrepentimiento: amen de que encierre otras doctrinas fundamentales.
            La primera figura que se nos presenta en esta magnifica parábola, es la de un hombre que sigue las inclinaciones naturales de su corazón.
Este hijo menor representa bien a las claras, lo que es la naturaleza humana; es la imagen de todo hombre o mujer, en su estado natural que da la espalda a su Creador, para disfrutar de todos y cuantos bienes que de El ha recibido; lejos de su Creador en el país alejado que es  el Mundo.
En ella se refleja el principio de rebeldía que hubo en nuestros primeros padres, allá en el huerto del Edén, y nos presenta un cuadro sumamente triste de lo que es la historia  de la raza humana: El hombre estaba creado para depender de su creador y Dios, y hacer su voluntad; pero un acto deliberado de egoísmo, como el del hijo pródigo, le llevo a desobedecer su precepto hundiéndose en las consecuencias de su propio proceder, y como del árbol caído, todos hacen leña, hicieron presa en él:  La desvergüenza, la blasfemia, la corrupción, las discordias y todo cuanto conocemos por el nombre de pecado, que no es mas ni menos, que todo movimiento  de la voluntad del hombre en contra de la voluntad de Dios.

LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

No cabe duda que aquí tenemos una clara definición de lo que tan bien es el pecado, manifestándose en el deseo EGOISTA de recibir del padre todo lo que puede, porque piensa exclusivamente en sus propios intereses, deseos y ambiciones.
Es ORGULLOSO, porque desobedeciendo los buenos consejos recibidos de su padre, cree que puede dirigir su vida mejor que él, y vuelve las espaldas deliberadamente al hogar, demostrando en ello su ingratitud al amor y cuidados que una y otra vez le prodigaba su padre: En suma, quiere independizarse para poder hacer su propia voluntad,  y no depender de la tutela del padre.
Pronto las consecuencias de su pecado  empezó a sufrir, pues creyéndose libre e independiente se hallaba esclavo de sus propios deseos y pasiones, dependiendo enteramente de su dinero y viviendo una vida disoluta, “perdidamente” hasta que la parte de la hacienda se hubo malgastado, viéndose arruinado y sin consuelo de los amigos; que lo eran mas de su dinero que de él. Y es que el vicio no es previsor, no  mide las consecuencias antes  de tomar una decisión. Nadie que se encuentre en un estado como el de este hijo pródigo, no podrá decir que no fue por un acto deliberado y propio de su voluntad. (vrs.12/13) Como lo fue también, un acto deliberado de su voluntad, el arrepentimiento y su confesión ante el padre. (vrs.21/22      

CONCEPTOS ERRONEOS DEL ARREPENTIMIENTO.
 
En primer lugar diré, que el arrepentimiento no es un sentimiento de TEMOR;  muchas personas están confundidas en esto, porque creen que deben sentirse alarmados y amedrentados y están aguardando que les sobrevenga y se apodere de ellos alguna especie de temor; pero lo cierto es que hay muchas personas que se espantan sin arrepentirse.
Quien no ha oído en alguna ocasión de personas que han estado, expuestas a peligros o han estado en el mar durante alguna terrible tormenta o tempestad; hombres o mujeres acaso muy impíos, pero que viendo el peligro principian a clamar, pidiendo a Dios misericordia; sin embargo no se puede decir que estén arrepentidos, porque pasada la tempestad, vuelven a ser los mismos hombres y mujeres pecadores y tal vez blasfemos como antes.
 
NO ES SENTIMIENTO
 
Alguien puede estar esperando cierta sensación, quisieran arrepentirse, pero piensan que no deben hacerlo hasta que sientan algo extraño. Visitad una prisión, apenas encontrareis allí un hombre o mujer que no se sienta desdichado e infeliz; allí no faltan sentimientos e incluso los primeros días los pasan llorando, pero cuando les ponen en libertad, vuelven a ser ellos mismos y muchos de ellos suelen volver a la mala vida; la verdad es que se sienten desdichados por haberles prendido, eso es todo. 
NO ES CONVICCION DE PECADO

Hay personas bajo tan profunda convicción de pecado,  que no les es posible dormir ni comer a gusto y sin embargo no se arrepienten.  La convicción de pecado de Adán, le hizo esconderse de Dios su creador. La convicción de pecado de Judas, le llevó a ahorcarse. Muchos hombres ahogan la voz de su conciencia o convicción, escondiéndose tras los placeres de este Mundo, por temor a enfrentarse a la realidad de las cosas.
La convicción de pecado de los que trajeron ante Jesucristo, a la mujer por haber adulterado, les impidió tirar, ni siquiera la primera piedra.

            ENTONCES QUE ES EL ARREPENTIMIENTO ?

            Dije que el gran tema de esta parábola es el arrepentimiento, - y quiero añadir,- y la conversión.
            Me dirás, amable lector, ¿el arrepentimiento y la conversión, no son una misma cosa ? .  Según esta narración y otros textos que encontramos en el Nuevo Testamento, tiene distintas acciones o actos;  (cito el discurso del apóstol Pedro en el pórtico de Salomón en Jerusalén , Hch.3:19, “así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados;” pues hay tanta diferencia entre el arrepentimiento y la conversión, como el estado del hijo pródigo, “al volver en sí” y  al volver al Padre.
            El hombre y la mujer, no estará dispuesto a creer y recibir los beneficios de la misericordia de Dios; a menos que esté dispuesto a arrepentirse de sus pecados y apartarse de ellos. El arrepentimiento es un cambio de mente hacia Dios, que conduce al juicio de uno mismo y de sus propios actos, y esto es lo que ilustra esta parábola, vrs.17. “ Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!.
            Apreciamos que hace un juicio de si mismo, y de su estado en que se encuentra a causa de sus desafortunados actos.   Ahora bien, este hijo que malgasto su hacienda perdidamente  en su reflexión,  nos aclara lo que es el arrepentimiento y también la conversión; en la acción que toma la actitud de la mente, y en poner en práctica  el levantarse e ir a su padre confesando su desdichado estado
Nuestro Señor Jesucristo nos esta revelando el corazón misericordioso de Dios, con el fin de inspirarnos a nosotros pecadores, confianza para acercarnos a El, y al hacerlo así, descubrimos,  a un padre amante oteando el horizonte esperando la vuelta de su hijo con los brazos abiertos.

La lección mi querido lector es clara: durante mucho tiempo, como este hijo, hemos estando viviendo la vida a nuestro antojo, olvidándonos por completo de nuestro Dios y Creador; por la lectura llegamos a saber que, El, no nos ha olvidado y que esta en el camino contemplando el horizonte, por ver si un hijo como tu y como yo, volvemos a él arrepentidos, para que nos haga como a uno de sus jornaleros; que no es más que el hacer su voluntad.
            Pregunto, ¿ acaso amó el Señor a los pecadores para que siguieran practicando el pecado,? ¿ No fue para que andemos en una Novedad de Vida.?     

Un himno dice así:
  Tal como soy, sin esperar siquiera a borrar ni una mancha de mi seno, a ti, que todas borras con tu sangre, ¡Oh Cordero de Dios! Acudo, vengo.  Amen.

                                                          V.Ibáñez

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