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lunes, 6 de octubre de 2014

Y YO NO LO SABÍA

              y  yo  no  lo  sabía
Texto. Génesis. Cap. 28.16
Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar,  y yo no lo sabía.
Lectura. Génesis. Cap. 28.:10/22
Nos hallamos ante uno de los episodios de la vida de Jacob, posiblemente más interesantes para nuestra reflexión, porque en el vemos como la actividad de nuestra voluntad natural, se desarrolla al querer alcanzar por medios naturales, aquello que en nuestra vida espiritual, debe ser dejado a la disposición de Dios.
Por lo que sabemos de las escrituras, Dios no silencia las infidelidades ni pecados de los que figuran en sus páginas, nos faltaría espacio para enumerar algunos de ellos; no obstante, en todos y en cada uno de ellos, se nos presentan de una forma gráfica como Dios interviene en sus vidas permitiendo ciertas ligerezas y decisiones nacidas de la voluntad natural humana, con el objeto de disciplinarles hasta el quebrantamiento de esa voluntad natural del individuo con el firme propósito de restaurarle y manifestarle su misericordia y bendiciones subsiguientes.
El gran error de Jacob y nuestro también, no está en entender o mal entender la voluntad de Dios, sino más bien en atentar promoverla y asegurárnosla por nuestros propios esfuerzos e impulsos naturales de nuestra voluntad.
El hecho de vivir en un hogar cuyo abuelo y padre, con sus aciertos o desaciertos obedecían las directrices de Dios y en cuyos caminos había sido Jacob instruido, era más que suficiente para no vivir descuidadamente y hacer lo que le viniera en gana, sin reparar en los medios para conseguir ciertos fines.
Sus principios y su corazón, podíamos decir, fueron instruidos en las promesas y bendiciones de Dios, de cuyos beneficios y cuidados disfrutaron, su abuelo y su padre, no siendo él ajeno de los mismos; pero su mente natural no podía obrar sino de acuerdo con sus propios impulsos inconscientes, haciendo de ellos el vehículo por los cuales la mentira, el engaño, la suplantación y aprovechamiento fueron para él algo natural y como lógico para obtener sus objetivos.
Me da la impresión que esto mismo nos ocurre a muchos de nosotros y no deja de ser un lamentable cuadro de muchos, cuya profesión de fe religiosa es más bien inconsciente; las cosas naturales nos invaden y atraen, y como consecuencia de ello, se aprecian en ocasiones, criterios y conceptos muy naturales de nuestros conciudadanos o amigos, antes que los vertidos por reconocidos hermanos en la fe que nos precedieron. “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Dios pesa los espíritus” “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” –Prov.16:2 y 25
Es muy cierto que Jacob, después de haber conseguido la bendición paterna por engaño, le quedo muy poca felicidad en este mundo; el temor a las represalias de su hermano, le hicieron huir y vivir 20 años de servidumbre, donde el engañador fue engañado y sufrió las consecuencias de su propio desvarío y de las actitudes de sus hijos; sin menos cabo de la continua protección de Dios, el cual le disciplinó y quebrantó, guardándole como mejor le pareció, para ejemplo y admonición nuestro. “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.” –Porv.16:18
                              Y yo no lo sabía
Hallamos a Jacob huido de la casa paterna a causa de su engaño y mentira, y bajo la amenaza de muerte de su propio hermano. Gen.27:44  Había caído la noche en Harán y encontró un lugar donde preparo para dormir allí. Vers.10/11
Abatido física y moralmente, cae rendido en un profundo sueño donde el cuidado de Dios se le manifiesta, declarándole sus planes e intenciones respecto a él mismo y su posteridad, en forma de una escala. Vers.12
¡Qué escena más sublime de la manifestación de la Gloria y Gracia de Dios!  El desciende y ve nuestra condición en la persona del suplantador Jacob. “ Porque él conoce nuestra condición: se acuerda de que somos polvo” Sal.103:14
Es de notar que Dios se le presenta y revela sus propósitos, presentándose como el Dios que visito a su abuelo Abraham y a su padre Isaac. Las características de esta revelación son semejantes a las pronunciadas a sus padres; que sin duda él como beneficiario conocía, puesto que contienen unas bendiciones, no solamente para él y su descendencia, sino que también serán  benditas todas las familias de la tierra.” Vers.14
Jacob, iba a tener una viva experiencia muy personal de las promesas efectuadas; “donde quiera que fuere, El no le dejaría y le guardaría hasta volverle a esta tierra. Vers.15 -  El Salmista dice: “Jehová guardará tu salida y tu entrada ahora y para siempre. Sal.121:8   La revelación tiene unas características muy peculiares, Dios se le presenta como primera persona; Yo soy, y le recuerda en su inconsciencia que él es el Dios de su abuelo y el de su padre; como el que quiere despertar en él, algo que en realidad llevaba dormido en su inconsciente por una profesión religiosa rutinaria, y le enfatiza que, todo lo que conseguirá en su vida, no será por sus esfuerzos e instintos naturales de su corazón, sino porque Yo soy Jehová, Yo te daré. Yo te guardare. Yo te volveré, Yo no te dejare, hasta que Yo haya hecho lo que Yo te he dicho.
Sea como fuere, el conocimiento que Jacob tenia de Dios era muy limitado y carente de experiencias o vivencias personales de intima comunión; prueba de ello fue su respuesta: “Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar.”!
¡Cuanto deberíamos reflexionar sobre nuestra vida de creyentes! Cristianos hay que profesan una fe inconsciente, por seguir la creencia de sus padres, como una mera rutina o costumbre del país o región en donde viven;  aun nuestros hijos, siguen porque seguimos y es una costumbre desde la niñez; algunos llegan a darse cuenta algún día de su error, pero la mayoría pasan su vida sin convicciones fuertes o vivencias de la presencia de Dios en sus vidas. ¿No es cierto que disfrutamos de las bendiciones del Señor y confiamos en él?  ¡Claro que sí! pero me temo que como Jacob, no tengamos en ellas convicción alguna de su presencia en nuestras vidas; existe una gran diferencia entre la bendición y su presencia; disfrutamos mucho de los bienes que esta bendición nos da o trae consigo, todo nos va bien, nada nos falta, tenemos de todo, pero nos falta la de su presencia: ¿La buscamos?  ¿No estamos más inclinados a confundir la bendición con la presencia de Dios en nuestras vidas?  Esto sin duda es lo que nos enseña los vers.20/21.
                              Jehová será mi Dios
Si fuere Dios conmigo,”  “Si me guardare,”  Si me diere pan,”  “Si me diere vestido,“  Si me tornare en paz”
Jehová será mi Dios
            ¡ Cuanta inconsciencia!  “será mi Dios”  ¡Que insensatez!  No afirma, ante todo lo contrario, lo condiciona; lo cual nos sugiere que en tal condición moral de su naturaleza humana, no podía apreciar realmente, la gloria y la gracia de Dios, que a él se le manifestaba, antes más bien tuvo miedo de aquel terrible lugar.  No es de extrañar que Dios se obligara a reservarse el derecho de “guardarle y traerle a esta tierra.”  Queridos todos, en nuestro peregrinar por esta tierra también tenemos la promesa que el Señor nos da: Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin” Mt.28:20  “para que donde yo estoy, vosotros también estéis; Jn.14:2  y él y nadie más que él, nos introducirá en esas moradas eternas; por consiguiente mantengamos firme sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió Hbr.10:23
            El que prometió a Jacob, nos promete a nosotros por igual; solamente que le obedezcamos continuamente en nuestro caminar, como meta a conseguir sin condición alguna y aceptando su protección, como en nuestro cántico dice: El te guardo como mejor le agradó
            Dios se propuso cuidar de él y traerle a esta tierra, pero en las condiciones naturales de su voluntad y corazón, no era posible, y Dios interviene en su vida como mejor le pareció, para aleccionarle, si cabe disciplinarle, a fin de doblegar su obstinada voluntad, hasta el quebrantamiento.
                          Luchó  con él un varón
            No olvidemos que Dios nuestro Señor, podrá permitir nuestros pecados y torpeces en nuestro cotidiano caminar; pero no se deja influir por ellos y sabe servirse de las consecuencias de nuestra torpeza o faltas humanas para ejecución de sus planes. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.” Isa.55:8
            Y mientras recogemos el fruto de nuestros propios caminos, en nuestra impaciencia e incredulidad; Dios se manifiesta en nuestras vidas para hacernos comprender, cuan equivocado ha sido el camino que recorrimos aunque para ello nos tenga que disciplinar con dolor. El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”Prv.13:24
            Este es sin ninguna duda el caso de Jacob, sus planes habían quedado bien definidos, en cuanto a su encuentro con su hermano Esaú, (cap.32:13/21) con el objeto de “apaciguar su ira y ser aceptado.” La escritura nos relata cómo dispuso para que sus esposas e hijos y todo lo que tenia, cruzaran el arroyo Joboc, quedándose él solo. Cap.32:22/24
            Ahora es el momento una vez más para la manifestación de la Gracia de Dios;  “y luchó con él un varón hasta que rayase el alba,” es de notar esta lucha lo fue sin tregua y no fue desigual, se luchó hasta la extenuación  y cuando el varón vio que no podía, con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyunto el muslo. Jacob no quiso rendirse sin que le bendiga; (Oseas. Cap.12:4, nos dice, como venció al ángel y prevaleció,  lloro y le rogó; cuan intensa debió ser su súplica y amargo lloro para arrancar del ángel la bendición, ¡ y qué bendición ¡ ver a Dios cara a cara y no morir; ¡ cuánta gracia, cuanta condescendencia. !  El Señor Jesús nos dijo: “mejor te es entrar en la vida cojo…. que ser echado en el fuego eterno” Mt.18:8
            De esta lucha, obtuvo mediante la Gracia de Dios, el nombre de Israel pero con el conocimiento de su propia debilidad personal, y en estas circunstancias, con las señales evidentes de su debilidad y cojera, es cuando pudo estar capacitado para el encuentro con su hermano Esaú.
            ¡ Que lección de disciplina encontramos aquí para doblegar la obstinada naturaleza humana ¡ En todo momento y aunque el Señor ceda en nuestras flaquezas y torpezas, no olvidemos que tiene poder más que suficiente para derribarnos, disciplinarnos y quebrantar nuestra voluntad, aunque en ello suframos las consecuencias.
            Mis amados lectores, cuantas veces en el transcurso de nuestra vida no habremos sufrido alguna frustración o quebranto por haber ocultado algo propio de la voluntad humana, que ha distanciado a tu propio hermano, y desearíamos fervientemente cambiar las circunstancias y olvidarnos pronto, antes que reflexionar sobre ello a solas con nuestro Dios, y conseguir una victoria sobre nosotros mismos.
No olvides que Jacob dijo al Señor:  ·no te dejaré, sino me bendices”.
            Habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
            Si soportáis la disciplina, Dios os trata como hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.”  ( Hebreos. 12:5/8 )
                                                             V. Ibáñez
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