LA LEALTAD AL DIOS ÚNICO
Lectura: Daniel 1:1/20
Texto: 1:8
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la
porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía….
El libro de Daniel, se caracteriza por revelarnos el
carácter único del Dios de los israelitas (y el nuestro) y su supremacía sobre todos los dioses
paganos; testificada por la experiencia personal del profeta y autor del libro.
En la parte primera, cap. 1 al 6,
Daniel nos relata unos episodios históricos y algunas de sus vivencias
personales en la corte del rey de Babilonia, y nos muestra, que el Dios de los
israelitas es omnipotente y el único Dios viviente que obra con su poder, en cualquier
de las circunstancias en que nos podamos encontrar; en pleno contraste con el
gran poder mundano que nos ofrece todo, “si postrados le adoramos.” Aquí,
en esta lectura, encontramos todo el propósito, como la tentación y victoria
moral, de este joven hebreo cautivo del rey Nabucodonosor en Babilonia y lejos
de su tierra.
Este
episodio de la historia, ha de interesar siempre a todo cristiano, por cuanto
es una clara lección y amonestación para todos aquellos que sean tentados a
sacrificar sanos principios en aras del placer, la comodidad y la indiferencia;
(excusándose en la consabida frase de que “los tiempos han cambiado,” muy en
boca de algunos líderes responsables,) dejándose arrastrar como peces muertos,
por las corrientes turbulentas y siempre cambiantes de las costumbres mundanas.
Y lejos de parecer este episodio, como muy interesante para la juventud; lo
cierto es, que interesa siempre, a todo creyente; independientemente de la
responsabilidad que tenga en la iglesia; porque aquí, se trata de testimonio,
de contra corriente y en ello debemos estar todos involucrados, si queremos
honrar y glorificar a nuestro Dios; puesto que aun siendo antigua esta
historia, no deja de tener connotaciones contemporáneas o de actualidad.
I.- CONDICIONES EN LA DEPORTACIÓN
Por lo relatado en este capítulo,
podemos apreciar las condiciones adversa de estos jóvenes hebreos, vencidos y deportados
a causa de un mal comportamiento y
reinado del rey de Judá, Joacim o (Joaquim)
que hizo lo malo ante los ojos de Dios
( 2ª.Rey.23:37)
Pronto
las intenciones del rey, fueron manifiestas, pues trato de involucrarlos en los
quehaceres del reino y en toda cultura caldea, con el objeto, sin duda, de
anularles su personalidad; puesto que sus nombres que encerraban un precioso
simbolismo y que estaban relacionados con los atributos de Dios; fueron
cambiados por otras que tenían vinculación con los dioses paganos babilónicos.
Así,
Daniel: que significa -Dios es mi Juez –
fue cambiado por Beltsasar;
(Príncipe de Bel) uno de los dioses babilónicos.
Ananías;
que significa (Dios es misericordioso o de gracia) por Sadrac; (mandato) del dios aka-luna).
Misael; que significa (¿quién como
Dios?), por Mesac; esto es, (alguien que
pertenece a la diosa mesac).
Azarías; que significa (Dios es ayudador), por
Abed-nego (siervo de Nego) un dios caldeo.
Tales circunstancias, eran más que
suficientes, para desmoralizarse y ceder a cualquier de las pretensiones del rey.
Sin embargo estos jóvenes judíos,
determinaron vivir de acuerdo con la ley de Dios, proponiéndose en su corazón,
el no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni del vino que el
bebía.
No es fácil imaginarse ahora y en
tales circunstancias, que pudieran poner condiciones a quienes les tenían
cautivos por un rey déspota, de cuya voluntad y palabra dependía la vida o la
muerte de cualquier cautivo.
Mis queridos lectores, la historia
nos ha dejado numerosos acontecimientos de cómo en peligrosas circunstancias
Dios nos ha sacado de ellas, al hacer
frente con nuestro testimonio y dependencia en él no mancillar nuestra
conciencia por sucumbir a cualquier proposición mundana: Y esta es la realidad
de Daniel, puso Dios en gracia y buena voluntad con el jefe de los eunucos; y
leemos más; Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y
Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.
II.-
LA
TENTACION. Vrs. 5/10
Santiago en su epístola, cap. 1:14, nos declara como
somos tentados, nos dice: que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido”
Naturalmente que fueron tentados a
adoptar las costumbres del país y alcanzar así un gran puesto en el gobierno,
tenían a su disposición un brillante porvenir, comida abundante como la del
rey; cambio de costumbres, cambio de nombre, lejos de su tierra: ¡Quién lo
podía saber o llegar a reconocerlos! Era
una buena oportunidad para ser tentados a ceder a la voluntad real y sacrificar
su buena conciencia abandonando la fe en su Dios, sin molestias por parte de
sus opresores, al fin y al cabo, podían justificarse: Si su rey Joacim, había
sucumbido y su ejemplo fue tan desastroso que, hizo lo malo ante
los ojos de su Dios; ¡Por qué ofrecer resistencia alguna.¡
Tal vez hubiese sido una buena
escusa; y no dudo que sea la actitud de algunos que fijándose más en el hombre
sumergido en el cambio de los tiempos, olviden su testimonio y su dependencia
de Dios nuestro salvador a quien le debemos Lealtad.
III.- DANIEL SE PROPUSO.
El propósito de Daniel nos enseña
una buena lección o ejemplo a imitar,
sino a tener en cuenta; porque un creyente sin propósitos, es semejante a un
buque sin timón, sin carta marina, sin brújula; expuesto a fluctuar a merced de
todo viento de doctrina. Efe.4:14
En algún sitio leí ciertas máximas que se expresaban así: “El incrédulo
podrá tener una razón, pero ninguna esperanza para esa razón: El hipócrita podrá tener
una esperanza, pero ninguna razón para esa esperanza: El creyente cristiano, nos ha de enseñar que tiene un propósito o
razón para su esperanza, y una esperanza para su propósito o razón. Daniel, se propuso guardar su conciencia limpia
respecto a Dios, su verdadera esperanza y razón.
Este joven, que como hebreo fue
educado en los principios de una moralidad muy diferente e infinitamente
superior a la de los babilonios; e instruido en una doctrina anti pagana, tenía
una conciencia cultivada en el principio del temor a Dios; de ahí su propósito
de no someterse a una voluntad contraria a sus propias convicciones, aun cuando
el mayor potentado de la tierra lo mandara.
Fue leal al manifestar sus convicciones
y propósito de no contaminarse, “con la porción de la comida del rey, ni con
el vino que él bebía; pidiendo al jefe, que no se le obligase a contaminarse
(Vrs.8) Queridos hermanos; en los
tiempos en que vivimos, se necesitan creyentes, jóvenes, líderes y maestros,
que sepan salvaguardar, los principios de una moral y ética que recibimos de
nuestros pastores, los cuales nos hablaron de la palabra de Dios, en
circunstancias muy adversas, sin fluctuar de sus convicciones reales.
Acordaos de vuestros pastores, que os
hablaron la palabra de Dios; considerad cual haya sido el resultado de su
conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hb.13:7/8
IV.- EL PREMIO A LA LEALTAD
Jamás podremos comprender la forma y
manera del proceder de Dios con todos los hombres, máxime en un mundo gentil
que parecía triunfar sobre Dios y su pueblo cautivo; es cierto que fue un
periodo crítico en la historia de Israel, pero también fue una época para que
el Dios de Israel efectuara maravillas a favor de sus hijos: Así leemos que “Dios
puso a Daniel en gracia y buena voluntad con sus superiores; lo cual redundo en
conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias.”
La prueba de la fe y lealtad fue un
premio moral sobre la voluntad del rey que cedió a su ruego. Fue un premio
físico pues recibieron un rostro mejor y más robusto que el de los
otros muchachos. Fue un premio intelectual, al alcanzar entendimiento e
inteligencia, diez veces mejores que todos los magos. Fue un premio
espiritual, porque Dios le dio
entendimiento en toda visión y sueños.
Hermanos y amigos, no cabe duda, que
el secreto de la victoria o premio de estos jóvenes, estaba y radicaba en su
fe, confianza y esperanza en el Dios vivo, siendo leales a la conciencia y
apegados a los principios de la palabra que conocían; Daniel y sus compañeros,
son un ejemplo vivo de la conservación de esos principios.
Nadie
de nosotros, en semejantes circunstancias, y en estos tiempos en que vivimos,
nos hubiéramos atrevido a hacer la prueba de fe, como ellos la hicieron. (Vrs.12/13)
Mantengamos firme, sin fluctuar, la
profesión de nuestra fe, (esperanza) porque fiel es el que prometió. Hb.10:23
V. Ibáñez
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