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domingo, 6 de octubre de 2019

TOMA TU CRUZ


                               TOMA  TU  CRUZ
                         Lectura. Mateo. Cap.10
                            Breve Reflexión sobre 
               Mateo. Cap. 10:38
“Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.”

            La lectura de este capítulo en el Evangelio de San Mateo comprende un amplio discurso pronunciado por Nuestro Señor Jesucristo a sus apóstoles previamente elegidos y contiene una serie de instrucciones relacionadas con la obra misionera que se les encomendaba.
            El Señor, por lo que podemos apreciar, parece que divide su disertación en tres partes.
            La primera; contiene los avisos para determinar la conducta que deben adoptar en su misión en la Galilea. (Vers. 5/15)
            La segunda encierra las advertencias que deberán tener presente en una misión futura, donde los apóstoles y discípulos, tendrían que enfrentarse no solo con el desprecio, sino también con la persecución. (Vers. 16/23)
            La tercera conciencia a sus discípulos a tomar ejemplo de su maestro y del cuidado amoroso del Padre, de tal forma que no deben temer por sus vidas puesto que sus almas son potestad del Padre. (Vers. 24/39)
            Termina el Señor este discurso con los vers. 40/42, resaltando la dignidad del discípulo en su ministerio diciendo: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe” mostrando en estas declaraciones, cuan unidos está el Señor a sus discípulos.
            Hemos estando considerando estas secciones del sermón, para poder tener una clara noción de la importancia de un testimonio responsable, el cual como hemos podido apreciar, no está excepto de dificultades, pruebas, desprecios y persecuciones, las cuales el Señor tuvo que soportar en su ministerio y que él nos advierte a tomar conciencia de ello, puesto que el discípulo no está sobre su maestro, ni el que sirve no está sobre su señor; manifestándonos a sí, nuestro privilegio y gloria al ser iguales a nuestro maestro Bástele al discípulo ser como su maestro”   Recuerdo que solíamos cantar:
  No soy más que mi Maestro, no soy más que mi Señor,
   Tengo por un privilegio que padezca por su amor”
Es cierto que estamos muy lejos de aquellos tiempos, en que costaba ser cristiano, por lo menos en mi país; ahora estamos sumergido otorgándonos ciertas permisibilidades, que lejos de manifestar lo que en el Señor somos ensombrecemos nuestro testimonio; no es de extrañar pues, que nuestro Señor nos amoneste con clara contundencia diciéndonos: “Y cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (vers.33)
Como conclusión a lo que precede del discurso que no es más que lealtad al Señor y a su enseñanza, (independientemente de los sufrimientos y antagonismos esgrimidos en nuestro tiempo moderno) apela al amor hacia él para que sean dominados y vencidos llegando si es preciso a soportar los vituperios de Cristo como si de una cruz se tratase.
I.-  TOME  SU  CRUZ
El Señor, en esta tercera parte de su discurso  -vers.24/39- pone ante nosotros una disyuntiva¸ el tomar la cruz y seguirle: Ni que decir tiene, que la cruz es el signo representativo de todo género de tormento y también de todas las penas interiores y exteriores; significando todo un conjunto de aflicciones y pruebas por las cuales atravesamos los creyentes al seguir con fidelidad al Señor Jesús. Es en este sentido significativo lo que el Maestro quiso decirnos al declarar: “el que no toma su cruz y sigue en pos de mí”…
El Maestro aclara y enfatiza que se trata de tú cruz y de la mía, esto es, de nuestra cruz y no de su cruz; él llevo su cruz con dignidad en todo su ministerio hasta ser clavado en una cruz material de madera; pero aquí se trata de nuestra cruz, tu cruz, mi cruz, cada uno tenemos una que forma parte de ese conjunto de facultades morales y espirituales del cual está dotado el hombre.
El sufrir reproches y desaires por testificar o querer testificar con limpia conciencia del amor de Cristo hacia el pecador, tiene este mismo significado de toma tu cruz: Mi cruz, tu cruz, es llevar su vituperio. (Hbr.13:13)  Es el resistir la tentación. (Stg.1:12)  Es el padecer persecución. (2ª.Tim.3:12)
Como discípulos suyos debemos negarnos a nosotros mismos, aplicando la muerte a todo cuanto la carne pudiera amar, si fuere ajeno a ese lugar que a Cristo le pertenece en nuestro ser.
II.-  TOMALA Y SIGUEME
Notemos aquí, que se nos dice que la tomemos; tomar significa más bien, recibir deliberadamente, con dignidad, gozosamente, porque mi Señor es quien me la asigna; por tanto es una cruz santificada y santificante a la vez, la cual me ha de proporcionar comunión con él –sígueme” esto es tener una relación intima en el caminar diario con él; y nos hace pensar que nos va a ser más fácil y bienaventurado tomarla, que arrastrarla. ¡Cuidado con esto! No se me está permitido murmurar, si quejarme de la cruz que me ha sido (nos ha sido) asignada, ni debo hacerme una cruz propia por mis terquedades y petulancias.
Debemos llevarla pacientemente, pues solo se nos pide llevarla un poco de trecho; esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. (2ª.Cort.4:17) (Hch.14:22)
III.-  QUE DEBE ANIMARNOS A TOMARLA
El poder ser dignos de nuestro Señor y maestro, debe ser motivo de ánimo para tomar nuestra cruz: Su amor manifestado en su sacrificio en la Cruz del Calvario a nuestro favor a de ser motivo más que suficiente para tomarla, pues él llevo una cruz más pesada que la mía o la tuya; ello nos ha de proporcionar una esperanza de gloria. Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Rom.8:18) Nos debe animar, porque somos sus colaboradores; cumplo en mi cuerpo lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia” (Col.1:24)
Cuando Cristo nos manda tomar nuestra cruz y seguir en pos de él, no dudes hermano, porque él exclamará ¡a medias, por cuanto eres uno de mis “pequeñitos!”  “no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1ª. Cort.10:13)

“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” (Hbr.12:3)
                                                           V. Ibáñez                                                                                          

lunes, 1 de julio de 2019

LA TENTACIÓN DE JESÚS

                LA  TENTACIÓN  DE  JESÚS
            Lectura: Mateo.4:1/11 y Lucas.4/1/13
                         Texto: Mateo. 4:1
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

            Las tentaciones del Señor Jesús, suceden después de su bautismo y cuando estaba a punto de entrar en su ministerio
Público. Cristo que había sido aprobado por el Padre, se enfrenta en el desierto con el príncipe de este mundo Satanás, el cual había establecido su nefasto dominio, por haber inducido al hombre a la rebelión contra Dios su creador.
            Por lo que acabamos de leer, las tres tentaciones están en correspondencia, con las tres raíces de todos los pecados de los hombre y que según 1ª. Juan 2:16, son:
            “Los deseos (concupiscencia) de la carne”
            “Los deseos (concupiscencia) de los ojos”
            “La vanagloria (soberbia) de la vida”
            Estas pues, son las agencias por medio de las cuales trabaja Satanás para procurar la derrota de Cristo cual segundo Adán, y por las cuales son tentados los creyentes con el fin de desacreditar en nosotros la obra redentora de Cristo Jesús.
            I.- LA RAZÓN DE LA TENTACIÓN
            Si queremos saber la razón del porqué de esta tentación, tendremos que leer la epístola a los Hebreos, 2:17/18Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado es poderoso para socorrer a los que son tentados.”
            No se trataba de una tentación irreal, ilógica o ficticia; era una guerra dura y áspera la que se inicio en este monte y que le acompaño en el transcurso de su ministerio. “Padeció siendo tentado.”
            La razón u objeto de cada una de estas tentaciones, era
persuadir al Hijo de Dios a que se separase del verdadero objetivo mesiánico de su ministerio; por esta razón, sus tentaciones tenían este doble propósito, para que, al resaltar la figura de Cristo como Hijo de Dios, no se manifestara la gloriosa figura de Cristo como Hijo del Hombre.
            He aquí, el grandioso esfuerzo de Satanás desplegado al redor de la persona bendita de Cristo: Su astucia, su mentira y media verdad son empleadas aquí, como más tarde en el transcurso de su vida pública, para vencer al principio de su ministerio a Cristo como Hijo del Hombre.
            De sobras sabia Satanás que Cristo era el Hijo de Dios, y tuvo ocasión de saberlo en su bautismo, por el testimonio de Dios mismo cuando dijo:Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt.3:17) El mismo confiesa en el caso del endemoniado Gadareno llamado Legión, cuando postrado ante Cristo le dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús Hijo del Altísimo? ( Lc.8:28)  Pero no es eso lo que le preocupaba, él sabía bien que contra el Hijo de Dios, no podía luchar; a Satanás lo que le preocupaba, era esa manifestación gloriosa de Dios hecho carne, esto es, Dios-Hombre o hecho Hijo del Hombre, y en El centró toda su maliciosa actividad.
            Acordémonos del llamado día de los inocentes, he aquí la primera manifestación de Satanás, en el corazón del Rey Herodes; así podíamos estar enumerando otras muchas ocasiones en donde prodigaban estas manifestaciones de Satanás, en contra de su propósito y ministerio. “Le desacreditaban, querían prenderle, apedrearle y tirarle de un precipicio.”
            El diablo sabía muy bien que en la encarnación de Dios como Hijo del Hombre, -o de la carne del hombre – formaba parte de aquel gran conflicto que se originó en el Huerto del Edén, y que como resultado: “La simiente de la mujer, había de herir de muerte, la cabeza de la serpiente-Satanás” (Gen.3:15)  Y en esta gran lucha del conflicto, lo que antes por la ambición humana, > ( Los deseos de los ojos vio que era bueno para comer;  Los deseos de la carne”  seréis como dioses; “La vanagloria de la vida” sabiendo el bien y el mal;) <  se habían perdido, ahora debía ser restaurados por esa bendita unión de Dios con el Hombre en el seno virginal de la bienaventurada María que dio como fruto al Hijo de Dios, esto es Dios-Hombre.
            II.-  LA SIMIENTE DE LA MUJER
                En verdad, Satanás, sabia a quien tenía delante, era nada más que la simiente de la mujeresto es, el Hijo de Dios, que como verdadero descendiente de la carne del hombre, no lo fue así de su simiente; por supuesto que toda descendencia tiene su origen biológico en la simiente del hombre; pero aquí se trata de la simiente de la mujer según Gen.3:15 y si ésta biológicamente fue creada a no tener simiente -como el hombre- sino más bien fue creada para recibirla del hombre; por consiguiente, quien estaba delante de Satanás, era nada menos que el Redentor del Mundo, profetizado en la mencionada cita de Génesis, de cuya concepción se nos anuncia sobrenatural así como su nacimiento virginal, toda vez que no intervino simiente de hombre, pero sí la obra y gracia del Espíritu Santo; esto es lo profetizado que de una simiente así prometida, no participaría de la herencia de Adán.
            III.-  LAS INTENCIONES DE LA TENTACIÓN
            Veamos las intenciones de Satanás; comenzó con la invitación a que se separara de la dependencia absoluta que debía a su Padre, diciéndole: “Manda –o- di que estas piedras se conviertan en pan.”  Esto le pidió, no para que se hiciera otro, -como en el caso de Adán, (serás como Dios)-  sino para que probando la realidad de su naturaleza divina, pudiera vencerle en la realidad de su otra naturaleza humana.
            Como podemos observar, la primera tentación a nuestro Señor Jesucristo, fue doble y lo fueron también las otras.
                1.-  En esta es tentado a satisfacer su hambre natural por el severo ayuno, y de tal manera que probara que era Hijo de Dios. Al contestar el Señor Jesús en vers.4,   el hombre no solo vivirá de pan” vemos claramente descubierta la intención de Satanás, puesto que como Hijo de Dios no podía pasar hambre, pero sí como Hijo del hombre.
            De esta forma se identifica con la humanidad, aplicándose a sí mismo y como cosa que da por sentado, lo que es verdadero en su humanidad hombre; y de esta forma vence la tentación, no como Dios, sino como hombre. “Fue tentado en todo según nuestra semejanza (esto es en la carne) pero sin pecado“ ( Hbr.4:15)
            2.-  Parece que esta segunda tentación, como la primera fue doble; pues fue dirigida a un sentimiento natural y también a la aspiración mesiánica que él tenía. ¡ Que mejor demostración para el pueblo de Israel con el fin de que le pudieran reconocer como Mesías, que le vieran echarse desde las almenas del templo y que sus ángeles le sostengan para que su pie no tropiece en piedra.! Vers.5/7“No tentarás (probaras)
Al Señor tu Dios”
            Jesús, estima que sería tentar a Dios o probarle, meterse voluntariamente en el peligro como para cerciorarse a
sí mismo y a los demás, que sí se cumpliría la promesa de protección y auxilio que encontramos en el Salmo 91:11/12, citado por Satanás. El diablo recurre a la Escritura y la cita, pudiéramos decir correctamente, como mucha gente hace, pero
la aplica mal; el Salmo dice: “que te guarden en todos tus caminos” no que tu provoques unos caminos de tropiezo; los caminos del Señor son caminos de obediencia; cuando Pedro vio al Señor andar sobre el mar y le dijo: Si tu eres, manda que yo vaya a ti sobre las aguas; el Señor solo respondió: Ven, dependía de Pedro la obediencia y la fe.
            El Señor Jesucristo, nunca se metió voluntariamente en el peligro y siempre evitó la ira de sus enemigos; a no ser que por el deber y la obediencia tuviera que hacerlo.
            3.- En la tercera tentación se da a conocer a las claras Satanás; trata de apartar al Señor de su objetivo mesiánico de su ministerio y de hacer de él cómplice y participe de un reino de este mundo. Apela al apetito de dominio y soberbia de la carne, para ofrecerle nada menos que;todos los reinos del mundo y la gloria de ellos”  pretendiendo así, estimular la codicia y los bienes terrenales, muy propio y natural en el ser humano.
            Ahora dice Satanás claramente que el mundo es suyo, y dice a todos los codiciosos que lo pueden ganar, si postrado le adoraren; Todo esto te daré, si postrado me adorares” Eh aquí la verdadera realidad histórica; la posesión de todos los reinos de la tierra, lo da, lo entrega, a cambio de que le adoren y rindan pleitesía. ¡Cuán diferente es Cristo! El diablo da a cambio, Cristo se ofrece en amor y compra con su sangre; Cristo no tiene posesiones en este mundo, pero viene a conquistarlo y redimirlo por amor y con su sangre.
            Cristo se hizo consanguíneo con nosotros, participando de nuestra carne y sangre, para poder destruir por su muerte al que tenía el imperio de la muerte, al diablo. Así vemos que en transcurso de su vida, sufrió y venció la tentación; y cuando ya pone su vida en expiación por tu pecado y el mío; aparece de nuevo Satanás, en las intenciones del corazón de los injuriadores diciéndole. “Tú que derribas el templo de Dios y en tres días lo edificas, sálvate y desciende de la Cruz. Si eres el Hijo de Dios, desciende de la Cruz y creeremos. A otros salvo, sálvese a sí, si eres el Mesías”
            Pero la realidad de toda esta tentación que tuvo que sufrir Cristo Jesús, no tuvo otro objeto que el separarle de la promesa de redención, que de la misma simiente de la mujer nacería el Redentor del Mundo. Limpio e inmaculado y como el cordero de Dios, se ofrece en el altar de la Cruz para redimirnos de todos nuestros pecados.
            No importa oír a los necios decir: No pudo, salvando a otros, salvarse a sí¡Sí! muchos exclamamos “Cristo yo te saludo porque en tu muerte, vida, no dudo, hay para mí”
            Cristo Jesús, mi querido amigo y paciente lector, sufrió hambre como hombre y sin embargo dio de comer a los hombres como Dios. Como hombre tuvo hambre y es el Pan de Vida. Tuvo sed, como hombre y nos dice: El que tenga sed venga a mí y beba Se canso como hombre y nos ofrece descanso. “Venid a mí y yo os haré descansar” Paga tributo a Cesar, y es Rey. Es llamado diablo y hecha fuera al diablo de los hombres Llora como hombre y limpia nuestras lagrimas. (Apc.7:17 y 21:4) Es vendido por treinta monedas de plata y redime al mundo no con plata ni oro; Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”(1ª.Pdr.1:18/20)

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apc.11:15)
                                                                       V. Ibáñez
              

           

lunes, 29 de abril de 2019

TEN CUIDADO DE TI MISMO

                         TEN CUIDADO DE TI MISMO
                                 ( Breve reflexión)
                              Lectura 1ª. Timoteo, 4:6/16
                                 Texto: 1ª. Timoteo.4:16
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.      

            Es bien evidente que el apóstol Pablo estuviera preocupado por Timoteo; pues como el mismo dice escribiendo a los Filipenses: como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. (Fil.2:22- (otras referencias en: 1ª.Cor.4:17 – 1ª.Tim.1:2y18 – 2ª.Tim.1:2 y2:1)  Y puesto  que en aquellos tiempos proliferaban falsos doctores que se desviaron de la verdad; traza de una manera clara y precisa la conducta que debe seguir con los que esparcen esas vanas doctrinas. (1ª.Tim.1:3/ - 19/20)
            Ante la agravante situación el apóstol le recomienda que se ocupe de la doctrina, la exhortación y la enseñanza, y
a no descuidar el don que había en él; estas recomendaciones
-ni que decir tiene- deben ser aplicadas a su ministerio publico en la asamblea  para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Los progresos de Timoteo debían ser evidentes, con el objeto de que su meditación en la lectura no sea esteril en la enseñanza y en la exhortación, antes sirvan para el aprovechamiento de todos.
            El apóstol penetra así, en el ministerio de Timoteo al ordenarle todas esas cosas, (vers.6 al 16) en previsión de aquellos que enseñaban diferente doctrina y le estimula a ocuparse en la lectura y permanecer en ella para su aprovechamiento;  tal era su preocupación por Timoteo y por su ministerio, que le manda  sea ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza; y si esto es evidente ninguno tendrá en poco tu juventud.
                Ten cuidado de ti mismo
            Pablo el apóstol, no solamente le manda que enseñe lo que el le había confiado que debían ser las bases de su ministerio público, sino que entre tanto su ausencia, le manda que se “ocupe” esto es, que se llene, que se apodere, de la lectura, la exhortación y la enseñanza, estando siempre atento de sí mismo, cuidándose y cuidando la doctrina; porque la actividad de su ministerio requería una energía de ánimo y espíritu, que debía distinguirle por la pureza que era y es necesaria para todo buen ministerio; de ahí que la recomendación  no descuides el don que hay en ti, deba ir acompañada de su esmerado cuidado de integridad  y no de doblado animo ; el mensajero, el enseñador o exhortador no puede medirse espiritualmente nunca por lo que hace, sino por lo que él es en Cristo. Esta es la razón por la cual el apóstol mantenga su preocupación por Timoteo recomendándole a tener cuidado de sí mismo; puesto que en el afán de servir pudiera ocurrirnos lo que dice el Cantar de los Cantares cap.1:6  Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé”.  Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios? (1ª.Tim.3:5)
            Ten cuidado de ti mismo; pues de que valdría hacer muchas cosas si no damos fruto, que objeto tiene el ser viña o árbol bien frondoso de hojas, si no hay fruto.
            Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo. Prov.24:30/32
           
                                                                       V. Ibáñez

           

domingo, 17 de febrero de 2019

OBRERO APROBADO


                        OBRERO  APROBADO
                        Lectura. 2ª. Timoteo, 2:1/26
                           Texto. 2ª. Timoteo.2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”

            Antes de iniciar esta reflexión, sobre un obrero aprobado diré: Que me mueve a ello, el hecho de haber encontrado entre mis apuntes y bocetos de sermones pronunciados; uno que me sirvió de base para una exhortación, años ha, y que por su contenido que he resumido creo no ha perdido vigencia alguna.
            Así pues, procurare dar forma en manera de escrito  cuanto en su día dije: En la confianza que pueda servir de enseñanza y amonestación cariñosa, el poder ser aprobados ante Dios como obreros que no tienen de que avergonzarse que trazan bien la palabra de verdad.
            La exhortación que encontramos en la lectura citada, tiene por objeto el infundir ánimo en la adversidad por un mal testimonio de algunos, cuyos nombres menciona el apóstol, y trata de reforzar y alentar a Timoteo, poniendo como ejemplo la vida de los soldados, la de los atletas y labradores; ejemplo estos, del sentido del deber, esfuerzo y trabajo. (cap.2:3/7)
            Pablo quiere acentuar el sentido de responsabilidad, y se esfuerza lo máximo para asegurarse la transmisión fiel del evangelio que Timoteo había oído y aprendido de él, ante muchos testigos, con el objeto y como encargo para enseñar a otros.
            Recuérdales esto, enfatiza el apóstol; lo que oíste y aprendiste de mí, ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Y mis queridos lectores; si no hacemos nuestras las verdades bíblicas que en su día aprendimos de nuestros mayores; tarde o temprano nos veremos abocados a ser cristianos de tertulias profanas y de vanas palabras que nos llevaran a la controversia; como en el caso de Himeneo y Fileto, los cuales trastornaban la fe de algunos perturbando el sentido de las cosas, persuadiendo así el ánimo de ellos y haciéndoles declinar o mudar los términos doctrinales, sosteniendo tesis sobre la resurrección muy lejos de la realidad apostólica.
            Timoteo se encontraba frente a una difícil situación, producida por la doctrina que difundían aquellos falsos doctores, a quienes Pablo entregó a Satanas para que aprendan a no blasfemar por haberse desviado de la verdad; (1ª.Tim.1:20) y le advierte que el mal había invadido todas las esferas de la iglesia; la cual ha venido a ser como una casa grande, en la que hay toda clase de utensilios, de oro, plata, madera y barro; unos para usos honrosos y otros para usos viles.
            Ante tal situación, el apóstol establece claramente la posición del testimonio en la separación; unos para usos honrosos y otros para usos viles y dice: Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo; esto es, todo aquel que invoca el nombre de Cristo, reconociendo su autoridad y se somete a ella, apártese de iniquidad.  Esta es la responsabilidad de los fieles, es nuestra responsabilidad, aquí, ahora y siempre, hasta que el Señor venga; es una responsabilidad primordial e individual; apártese de iniquidad todo aquel.
            APARTESE DE INIQUIDAD
            Debemos tener en cuenta que el apóstol se está refiriendo a los que el Señor conoce como suyos, por consiguiente el término de iniquidad  empleado aquí, no significa un camino sin freno transgrediendo la ley, que caracteriza al hombre natural no poseyendo la vida de Dios, como en 1ª.Jn.3:4; si esto fuera así, retirarse de iniquidad significaría apartarse de los incrédulos, y el apóstol no utilizaría la metáfora comparando a los cristianos como utensilios de una casa con diversos usos, ni insistiría en la limpieza de estas cosas a fin de ser instrumentos para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Es pues bien evidente  que iniquidad  aquí tiene otro sentido, en griego es “adikia”  y tiene el significado de injusticia, (considerar en oposición la justicia) de ahí que el apóstol ruegue a Timoteo que siga la justicia: Apártese de iniquidad, consiste en separarse de los que en la práctica no andan según la verdad de Dios, y cuando la injusticia, falta, culpa o error, son sostenidas como doctrina, (Himeneo y Fileto)
            Es más, ¿no es esto lo que quiso decir Cristo en Mateo 7:21/23 a aquellos que falsamente proclamaban ser sus seguidores? Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad, (según traducciones, hacedores de iniquidad)  El creyente fiel debe apartarse, no solo de la falsa doctrina sino de los que la propagan y de los que la aceptan, sea tácitamente o no, aun contra conciencia.
            No es de extrañar que el apóstol insista en la limpieza de una forma individual y genérica, al decir: “de modo que si alguno se limpiare,” (Vers.21) condición indispensable para ser instrumento para honra.  >Atendamos bien, no se trata de cualidad personal como instrumento “de” honra como cualidad individual; el apóstol insiste en para honra, lo cual determina una acción, servicio o uso que se ha de dar a una cosa; <  así pues, podemos decir que el servicio del obrero debe ser para honra de su Señor, demostrando su acatamiento y buena disposición a fin de ser utensilio para honra en esa casa grande que según el apóstol Pablo ha venido a ser la iglesia.
            Es evidente que Pablo al decir que: en una casa grande no solamente hay utensilios, etc. etc. nos está alertando del peligro existente que conlleva una actividad colectiva; pues si bien la fe es algo individual, bien pudiera darse el caso que alguien fuere impulsado a obrar por encima de la medida de su fe y posibilidades, persuadiendo a personas de dudosa conversión o situación espiritual a colaborar en un servicio determinado, y esto sería un agravio y una manifestación de irresponsabilidad que forzosamente tendríamos que soportar como “casa grande,”  puesto que -solamente el Señor conoce a los que son suyos.
            La exhortación recomendada por el apóstol a todos y a cada uno de nosotros es: “Apártese, huye y sigue” (Vers.19-22)  He aquí tres actitudes potestativas de nuestro albedrio que nos corresponde razonablemente reflexionar; tras la separación, (Apártese) viene una importante recomendación huir, y todo lo contrario a presumir trata el apóstol de advertir a Timoteo en su juventud, a huir de las pasiones propias de la pubertad; pues esta recomendación está más bien dirigida a evitar un celo desmedido de ser y ocupar rango elevado, en el que pudiera manifestar ambición  desproporcionada de dominio que pudiera trastornar el ánimo y la fe de algunos.
            Acto seguido la exhortación es, seguir la justicia, la fe, el amor y la paz; la separación que recomienda Pablo no ha de acarrear inactividad, todo lo contrario, se ha de perseguir la justicia que proporcionara paz al no existir discriminación, confiando y manifestando amor y buen trato con todos los que invocan al Señor de limpio corazón.
            Un corazón limpio es aquel que se ha limpiado de estas cosas  que no profesan un cristianismo nominal, desviándose de la verdad, antes han purificado sus almas por la obediencia a la verdad, (practican verdad) mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amándonos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1ª. Pedr.1:22)
            Así que la obediencia, - la fe - en la palabra de verdad purifica, limpia nuestro corazón, de forma y manera que sabremos amarnos como Cristo nos amó, en le humildad, sin reclamar nada a cambio para sí, independientemente y condición de la clase de utensilio que seamos; barro, madera, plata u oro.
            Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería. (1ª.Tim. 1:5/6)
                                                                       V. Ibáñez