CABECEARON Y SE DURMIERON
Lectura: Mateo 25:1 al 13
Parábola de las diez Vírgenes
( Breve reflexión )
Se supone que no hace falta de
que se diga, que esta lectura y el episodio que en ella se narra, es una clara
advertencia para todo creyente y para
la iglesia en particular; sobre la necesidad de estar con el aceite suficiente
para recibir al esposo.
Es muy significativo, que el hecho
de llamar al esposo “SEÑOR” nos aclare y enseñe, que en esta
parábola el esposo sea el mismo Hijo
del hombre, (Cristo Jesús) a
quien el creyente y la iglesia han de estar expectante en esperar.
(Nótese que solamente se menciona al esposo, no a la esposa (iglesia)
El relato es muy representativo de una situación muy
aleccionadora a evitar, puesto que se trata de ESPERAR teniendo suficiente aceite y las
lámparas encendidas. Nótese que unas y otras de estas vírgenes se durmieron, la
diferencia está en la provisión de aceite que disponían unas y otras.
Mis queridos lectores, la lección o
moraleja que esta parábola nos enseña; es a mantener en todos y en cada uno de
nosotros la llama encendida por el Espíritu, para recibir al esposo. Una
actitud contraria a esta, por lo que leemos, fomentaría la relajación, la
insensatez, la somnolencia y como consecuencia de todo ello, la pérdida del
sentido de responsabilidad, la conciencia de la situación que se vive y el
justificar la negligencia queriendo recibir de otros, los que les falta a
ellos.
“Y
las insensatas dijeron a las prudentes: Danos de vuestro aceite; porque
nuestras lámparas se apagan” (vrs.8)
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