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domingo, 13 de febrero de 2022

CAYERON MIS CADENAS

 

                                ¿CAYERON MIS CADENAS?

                                             Gálatas. 5:1

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

 

El apóstol Pablo, ha estado demostrando en los capítulos anteriores de esta epistola, que la justificación procede de la fe: (Gal.cap.2y3) Pasa ahora aplicar a la vida del creyente, la ética cristiana, que no consiste simplemente en una serie de indicaciones y exhortaciones, sino en el hecho fundamental de ser cristiano y como consecuencia de ello, funda toda la instrucción en lo que se es en Cristo; un ser libre del pecado, y como argumento nos insta a permanecer  en esta libertad y a caminar en el Espíritu.

            Aquí el Apóstol apela a la voluntad  del que ha sido liberado, “estad pues firmes” y a nuestra responsabilidad para tomar tal determinación.

            Algo así quiso decir el Apóstol, cuando dijo: “Cristo vive en mí”, no obstante “vivo en la carne”, pero en el ejercicio de su voluntad era el mantenerse firme, y vivir en la fe del Hijo de Dios. Gal.2:20.

            Me pregunto si somos lo suficientemente conscientes de la libertad que tenemos y si el ejercicio de nuestra voluntad, es el permanecer firmes? Porque existe el peligro de un mal uso ó concepto de esa libertad, no olvidemos que el Apóstol a los gálatas les decía: “Corríais bien”, pero alguien exgrimiendo conceptos, argumentos persuasivos y opiniones personales, estorbó, esa carrera; ¡cuidado pues! un pequeño desliz es suficiente para leudar toda la masa” y esta era la imagen de una experiencia humana y cotidiana, no tan solo en Galacia, sino en nuestros días también, donde cualquier argumento es válido con tal de justificar la decadencia.

            La exhortación es mantenernos en aquello que Nuestro Señor Jesucristo nos consiguió, el ser libres del pecado y sus consecuencias y a que no nos desequilibremos por los que pueden perturbarnos y hacernos caer en el yugo de la esclavitud.

            Con el fin de no alargar esta reflexión, terminaré diciendo: Yo creo, según se lee en diferentes partes de las Escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que no son las circunstancias, las costumbres, ni las corrientes culturales de entonces, ni las que podamos tener hoy en día; las que puedan determinar una forma u otra de vida, sino la voluntad, si esta falla, fallara nuestro propósito y nos encadenamos a un yugo de misturas esclavizante.

            Ante el rey Agripa, (Hch.26:28/29) Pablo estaba encadenado, preso de las circunstancias, sin embargo era libre y así lo testificó: “Quiera Dios….fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas”

            Mi querido lector, me temo que muchos de los creyentes, creyendo ser libres se encuentren encadenados en sus propias circunstancias, deseos y apetencias y no se concibe a un preso libre sujeto a cadenas; pero sí al libre que ha estado encadenado se le pueden apreciar las señales que le oprimían aquellas cadenas.

            ¿Se nos verán más las cadenas, que las señales de estas?.

                                                           V.Ibáñez