Comentarios Sencillos Sobre Ezequiel. 18:1/4

1.- Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2.- ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera?
3.- Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por que usar este refrán en Israel.
4.- He aquí que todas las almas son mias; como al alma del padre, así el alma del hijo es mía; al alma que pecare, esa morirá.

El profeta en esta porción, esta tratando de la responsabilidad personal del individuo, tocante a su relación con Dios, combatiendo la creencia, de que los hijos sufren “dentera,” porque sus padres comieron, “uvas agrias:” Esta es, creían que los hijos eran castigados por pecados de los padres. Es en el mismo creador y dueño de nuestra alma, quién rechaza tal refrán de uso vulgar y dictamina, que “el alma que pecare esa morirá.”
Por consiguiente, el hombre como individuo, es responsable personal, de todos sus actos pecaminosos ante Dios, dueño de nuestra alma, sin ninguna excusa: Además, nos aclara mucho más y acentúa; que las buenas obras o malas de padres o hijos, no serán tenidas en cuenta; diciéndonos en el versículo 20 de este capitulo lo siguiente: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.”
¿ Dónde está el hombre impecable. ? Mi paciente lector, no existe; por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Ro.3:23)
Sigue el profeta, después de haber denunciado tan terrible responsabilidad; anunciándonos que hay un perdón, e invita a que nos apartemos de nuestros pecados, esto es; que busquemos la misericordia de Dios, mediante el arrepentimiento, dando la espalda al pecado, puesto que él, está más dispuesto a perdonar que a castigar.
Ahora, mi apreciado lector de este mí breve comentario, como individuo responsable de tu pecado, puedes ser participe del perdón de Dios, si te apartas y das la espalda al pecado, aceptando por fe, a nuestro Señor Jesucristo, quien murió en la Cruz por tus pecados y por los míos.
“siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quién Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.”(Ro. 3:24/25)

V. Ibáñez