Translate

miércoles, 17 de marzo de 2010

JESÚS Y NICODEMO

Lecturas: Juan. 3. 1/15 con Números. 21. 4/9

Texto. Juan. 3. 14/15

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto,
así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.

La conversación que nuestro Señor Jesucristo mantiene con Nicodemo, un hombre influyente entre los judíos, viene precedida del acontecimiento ocurrido en el templo, en Jerusalén; en los días, cercanos a la pascua de los judíos: Allí encontró Jesús, un verdadero mercado de bueyes, ovejas y palomas, que se vendían para los sacrificios en el templo.

El Señor Jesús, haciéndose un azote con unas cuerdas, echó fuera del templo a todos; y con voz firme, reivindica su verdadera filiación divina, diciéndoles: No hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Jn. 2.16

Nos dice la lectura en Jn.2.23/24, que en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, a causa de las señales que hacia; claro esta, de una forma muy superficial, porque el que escudriña los corazones de los hombres, no se fiaba de sus manifestaciones: Amigo, los milagros y señales, son argumentos para la credibilidad; y bien pudiera invitarnos a una reflexión acerca de la fe; pero una fe que se funde en la simple impresión que puedan producir sus señales, no es la fe que demanda Jesús: El quiere del hombre y de la mujer, una fe profunda, que cambia sus vidas para vida eterna; y no hemos visto nunca. que una fe basada en simples impresiones, cambie la vida a nadie. Jn.6.29-35 y 47

Sin duda, que por los acontecimientos acaecidos. no es de extrañar que este hombre, un principal entre los judíos, viniera a Jesús de noche y mostrara cierta convicción , basada en las señales, exponiendo al maestro su inquietud: Sabemos que has venido de Dios como maestro; reconoce que Dios está con él, porque la declaración de Jesús: la casa de mi Padre, era como un aguijón, en su conciencia para interesarse por el reino de Dios, toda vez que como fariseo, creía que Jehová-Dios, reinaría en Jerusalén, (Isa. 24.23) y se deduce así, por la respuesta que Jesús da: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

El Señor Jesús; que sabia lo que había en el hombre, la convicción e impresiones por sus señales; y que tan solo era reconocido, como maestro enviado de Dios, y no como Mesías; le responde con la necesidad de un orden de cosas, donde lo espiritual, predomine por encima de la carne, o vieja naturaleza, diciendo: Os es necesario nacer de nuevo. Es importante hacer resaltar, que Jesús, hace énfasis en esta palabra; necesario; la emplea para nacer de nuevo o de arriba, y como cosa vital, en el proceso de su encarnación y posterior levantamiento en cruz, para nuestra redención.
Sigue la conversación, donde Jesús, usa los términos terrenales y espirituales; y aprovechando estos términos, le recuerda un hecho terrenal histórico, citado en el libro de Números cap.21.4/9, en donde la rebeldía y las murmuraciones de todo un pueblo contra Dios, y Moisés ; exhibían así la doble naturaleza del pecado; rebelión contra Dios y ofensa contra el hombre, declarándole la necesidad de que el Hijo del Hombre, sea levantado.

Y como Moisés; levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Esta declaración solemne que el Señor hace de un acontecimiento histórico terrenal, tiene como objeto exaltar también, el hecho histórico con beneficios espirituales para nuestra redención. El acto de ser levantada la serpiente de metal, en un mástil, en el desierto, declaraba la condición de pecado, en que había incurrido aquel pueblo con sus consecuencias nefastas; y a la vez, el medio de su sanación, por medio de la obediencia y fe.

Nuestro Señor Jesucristo quiso, que Nicodemo, viese la analogía que hay entre un acontecimiento y otro, esto es, entre la serpiente levantada, para la curación de todo aquel que la mirara, y él como Hijo del Hombre, venido del cielo, y ser levantado en una cruz, para salvación y vida eterna, a todo aquel que en él cree.

Mi querido amigo, tu y yo, también debemos ver en esta analogía, la consecuencia de nuestro pecado, y agradecer a nuestro Señor Jesús, el habernos enseñado la interpretación de un hecho como este, cuya significación no hubiéramos descubierto, sino fuera por la gracia de su revelación. Fijémonos bien, las serpientes venenosas, no se quitan de en medio de aquel pueblo, pero se les proporciona un remedio para que, por medio de un acto voluntario y de fe, todo aquel que la mirare fuere sanado.
Para la enfermedad espiritual del pecado, amigo, solo hay un remedio, y Cristo nos lo manifiesta, era necesario que el Hijo del Hombre, sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Nicodemo sabia, que la serpiente simbolizaba el pecado que había en el corazón de sus congéneres; y el Señor Jesús, con esta manifestación, le enseña y nos enseña, como se identifica con el pecado, tomando el lugar de la serpiente: porque era, necesario, que sea levantado en la cruz, para que todo aquel que sienta sus pecados, sepa que han sido crucificados con él. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. (2ª.Co.5.21)

En esta historia que el Señor Jesús presenta a su interlocutor, le esta mostrando que, Lo que es nacido de la carne, carne es; y es que no podemos dar otro fruto: Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Ro.8.7/8

Si los hechos históricos, que el conocía reflejaban la condición humana o de la carne, deberían ser revisados a la luz de la misma palabra de Dios; ya que como estricto fariseo, que ostentaban el orgullo de ser hijos de Abraham, lo cual seria para el un requisito indispensable para ser admitido en el reino de Dios; no le otorgaba ninguna prerrogativa: Descender de Abraham según la carne, pertenecer al pueblo de Israel, de nada le servia frente a la afirmación contundente; lo que es nacido de la carne, carne es.

Porque no todos los que descienden de Israel son Israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es; no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. Ro.9.6/8 z Ge.21.12

Cuando Nicodemo, confuso con la doctrina del nuevo nacimiento o regeneración, pregunta al Señor ¿Cómo puede hacerse esto;? Manifiesta abiertamente, la imposibilidad, de toda carne o todo pecador, de regenerarse por si solo; pero en este conflicto que tiene Nicodemo; y que tenemos tú y yo paciente lector; no puede ser resuelto, sin la intervención de Dios, por medio de su palabra y su santo Espíritu. Así que; ¿tú maestro de Israel y no sabes esto.? El viento sopla, y no sabes a donde va; así es el nacido del Espíritu: Y que es lo que dice la palabra de Dios sobre esto: Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y podré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y podré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Ez, 36.25/27

Esto explica la razón propia y el origen de ese renacer; solo por Dios puede hacerse esto, mediante la observancia de su palabra y por su Espíritu. Así pues, no es natural o terrenal, sino todo lo contrario Espiritual y sobrenatural. El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. Stg. 1.18

Sí; la salvación, es la mayor bendición posible que el Dios de infinito amor, puede conferir al hombre perdido y pecador; y sin embargo, la ofrece a un precio infinito; fue: Necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel ( no excluye a nadie) que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¡ Oh, ! Mi querido amigo, debemos hacer un examen de conciencia, ante la realidad del perdón y salvación que se nos ofrece y elevar a Dios, una petición en oración y ruego, como la pronunciada por el salmista: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Sal.51.10.
Permíteme terminar, con un himno que dice así:

La mirada de fe al que ha muerto en la cruz
Infalible la vida nos da:
Mira, pues, pecador, mira pronto a Jesús,
Y tu alma la vida hallará.

V.Ibáñez

1 comentario:

  1. excelente refeccion en donde nos da entender q todo hombre tiene que nacer de nuevo para que pueda ser de el espiritu santo

    ResponderEliminar

Gracias por su visita a este blogg. Si le gustado puede dejar su comentario.