Translate

jueves, 18 de marzo de 2010

Comentarios Sencillos Sobre Proverbios 28:13/14

13.- El que encubre sus pecados no prosperará. Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
14.- Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su corazón caerá en el mal

El sabio escritor, en este proverbio nos describe una sentencia moral, en cuanto a nuestra actitud respecto al pecado. En esta afirmación o juicio, enteramente opuesta en sus condiciones a la otra: Entre “encubrir -y- “confesar,” esta nuestro pecado, el tuyo y el mío, y con respecto a esta realidad, nos presenta el dilema de decidir, entre una y la otra.
El escritor sagrado, como observaras, no entra en disquisiciones de lo que es, o no es, el pecado; él lo da como una realidad existente en género humano; “Los necios se mofan del pecad.,” (Prov.14:9) No obstante, te diré que el pecado. Es una decisión moral de la cual somos responsables individualmente y personalmente; no es tan solo un pensamiento, es una entrega también; somos nosotros mismos quienes determinamos nuestras decisiones, hacemos esto o lo otro.
Estamos frente a dos actitudes, una negativa y la otra positiva. Ni que decir tiene, que la actitud humana es encubrirlos, y en este concepto entran posiciones como: negarlos, excusarlos o mitigarlos, no haciendo más que endurecer el corazón a una realidad existente, la cual, se nos dice; no prosperara.
La disposición de Dios, es confesarlos y apartarse del pecado; esta acción es más que un acto de reconocimiento, es declarar a Dios, a quien hemos ofendido, nuestras faltas con un verdadero espíritu de arrepentimiento, y debe realizarse de una forma intima y personal; porque Dios es quien perdona, en virtud de la obra redentora de Cristo Jesús. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” .(Rom.5:8) Debemos apartarnos del pecado, dice el escritor sabio, y enfatiza ;“y se aparta,” es condición de animo lo que Dios exige. “Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo,” (2ª. Tim.2:19). Espacio me falta, para mostrarte, amigo, como hay suficientes ejemplos en las Escrituras, en las que Dios quiere que dejemos el pecado; pero cuidado, el mas grande de ellos es la incredulidad. “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Jn. 3:17/18)
V. Ibáñez

5 comentarios:

  1. Encubrir el pecado endurece el corazon, mientras que para alcanzar misericordia depende de confesar y apartarse, la misericordia abre la puerta para la bendición que no añade tristeza.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, esclarecedora enseñanza. Gracias Señor por tu perdón, y por capacitarnos a vivir una vida apartada de pecado.

    ResponderEliminar

Gracias por su visita a este blogg. Si le gustado puede dejar su comentario.